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Es posible que a estas alturas ya hayas escuchado muchas cosas sobre las cualidades de la vitamina C, pero por si acaso más vale repasar algunas que nos pueden ayudar, y mucho, durante el otoño.
Al hablar de la vitamina C, lo hacemos de un potente antioxidante y que también aporta efectos antiinflamatorio. Y algo aún más importante, también juega un papel clave en la formación de nuevo colágeno por parte del propio cuerpo.
La vitamina C en la piel aporta grandes efectos antiedad, a la vez que mejora la luminosidad y la textura. Pero una de las cosas malas que sí que tiene la vitamina C es que se oxida con una gran facilidad, por ello es muy importante que se utilice sobre la piel con productos con una formulaciones de vitamina C muy concentradas.
Pero no es suficiente con tomar un zumo de naranja cada mañana o incluir en nuestra alimentación otros productos que contengan bastante vitamina C. Pero a la hora de hablar de cremas antiedad, es importante que busques productos con el activo puro.
Suelen contener unas fórmulas estables de vitamina C que evitan que se produzca una rápida oxidación a la vez que multiplica sus efectos. Por eso, son tratamientos óptimos para ayuda a inhibir la acción negativa de los radicales libres mientras protegen la piel de las consecuencias del daño celular que produce el sol.
En otoño en clima cambia de manera habitual, va apareciendo el frío del invierno mientras el sol parece estar menos presente. La contaminación que existe en las ciudades también favorece la aparición de radicales libres que atacarán el bienestar de nuestra piel.
Por eso la vitamina C se convierte en nuestra mejor aliada para el cuidado cutáneo y evitar la temprana aparición de manchas o signos de envejecimiento.
