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Verano es sinónimo de libertad para los pies, por fin acaba su largo invierno encerrados y pueden volver a ver la luz. Chanclas, sandalias, paseos por la playa, da igual lo que le guste a cada uno, pero lo importante es que por fin vuelven a estar visibles.
Pero por desgracia también es época de sudor y mal olor, por lo que vamos a ver algunos consejos para intentar evitar que esto suceda.
– Acude al especialista: puede ser un dermatólogo o un podólogo, para que pueda determinar de donde proviene el olor de pies. Un especialista sabrá determinar si se debe a una infección bacteriana o se debe a hongos.
– Utilizar el calzado adecuado: la mayor parte del calzado barato que se usa hoy en día está hecho con polipiel, un plástico de origen sintético que intenta imitar la piel, pero que hace efecto bolsa y no deja transpirar al pie. Por eso se recomienda que se usen zapatos de piel que dejen transpirar a los pies, incluso sandalias en verano.
– Emplea antitranspirante si hay exceso de sudor: puede ser en forma de aerosol o polvo, pero siempre que sea antitranspirante. Algunos materiales o productos taponan y favorecen la disminución de la hiperhidrosis.
– No utilizar calcetines de algodón: este material absorbe la humedad y la evapora, por lo que cuanta más humedad hay, más se estropea la piel. Además al ir acumulando humedad en el calcetín, tiene más probabilidades de crear ampollas, por lo que se recomienda el uso de calcetines de fibras sintéticas o de lycra.
Existen otro tipo, como los de fibras acrílicas que ayudan a la transpiración de la piel, evaporando el sudor y dejando un calcetín mucho más seco, sin riesgo de generar mal olor u otros problemas relacionados.
